Mis pesadillas siempre son con olas, maremotos y tormentas acuáticas.
Me costó mucho terminar de ver la película Titanic.
Y cuando era chica siempre tenía miedo de meterme al mar, nunca donde no tenía piso.
Pero este año, en la lectura de mi carta astral, me dijeron que debía integrar la energía del Agua 🤯
No se cómo ni cuándo, pero de pronto había decidido que quería probar nuevos deportes, entre ellos, el paddle surfing.
Lo había visto en algunos videos de redes sociales, y por primera vez en vivo aquí en Barcelona, una mañana mientras esperaba encontrarme con una amiga en la Barceloneta.
Sentí de lejos la tranquilidad y equilibrio que transmitía la actividad y desde entonces me dije: tengo que probarlo.
Pasaron las semanas y no se daba la oportunidad, hasta que conocí a Claudia.
Nos conocimos por redes sociales y solo nos vimos una vez, por pura coincidencia.
Hace una semana ví que había ido a ver el amanecer mientras hacia paddlesurfing e inmediatamente respondí a su Story y le dije: llévame!!
Finalmente terminé uniéndome a su grupo de amigos, no conocía a nadie, pero ahi estaba, un sábado a las 5:30 de la mañana, rumbo al mar de Barcelona a vivir una experiencia nueva.
Vayamos a lo importante.
Mis miedos:
- Caerme al mar salado, no tener piso y pasar frio.
- Que algún animal marino me muerda o me toque.
- Caerme y no saber subir a la tabla otra vez.
A los minutos de entrar al agua, intente pararme y me caí rapidísimo.
Tenia agua salada en mi boca, tuve un poco de frio, no sabía quién me iba ayudar a subir a la tabla, y pensaba que algún animal vendría por mi.
jajaja, ahora me leo y me rio.
Una vez sentada en la tabla, pasó un buen rato para volver a intentarlo, esta vez pregunte cómo debía pararme bien, lo hice más lento y lo logre, pero mi cuerpo estuvo con mucha tensión mientras me mantenía de pie sobre la tabla.
Sentía que me iba a caer.
Me sentía fuera de control.
WOW
Y yo siempre necesito tener el control.
Me dije a mi misma: “Melissa, no lo fuerces, disfruta y ya”
Me senté otra vez y tranquila fui remando hacia el amanecer.
Me concentré en disfrutar el momento, en admirar y aplaudir a todos los que iban parados y me sentí super valiosa por estar ahí, con un grupo de personas que no conocía, al fondo del mar, donde nunca antes había llegado, haciendo algo nuevo, de haberme levantado super temprano a pesar que mi cuerpo y mente me pusieron mil excusas para no ir.
Gran victoria la de esta semana.
Tome la iniciativa sobre lo que quería hacer.
A pesar de los miedos.
Porque esta bien sentirse vulnerable.
Porque luego viene el disfrute de lo logrado.
Y lo genial es que tenemos el poder de despertar y cambiar tu discurso interno.
Porque de eso va la vida, de disfrutar y celebrar tus pequeñas victorias.
Así es, busca tus pequeñas victorias, para conseguirlas tendrás que pasar por esos momentos incomodos, de miedos, de vulnerabilidad y de inseguridad.
Y de mi experiencia de vida puedo decirte que: Mientras más incomodo sea, mayor es la recompensa.
Cuéntame, ¿cuál es tu siguiente paso “incomodo”?